Del amor propio al dinero propio

Probablemente en algún momento de tu escuela secundaria hayas hecho la experiencia del imán con las limaduras de hierro. Lo recuerdas?. Cuando un grupo de partículas se ordenaban armónicamente en torno a un elemento que parecía atraerlas con alguna fuerza. Allí conocimos el fenómeno del magnetismo y lo registramos como un aprendizaje. Es natural que eso ocurra siempre que se repitan esas circunstancias.

El imán no piensa si hay muchas partículas, si le conviene atraerlas, si alguien lo criticará porque es un imán, por su codicia, etcétera… Hace lo que es justo para su condición. No tiene culpas ni disfruta lo que hace. Solo responde sin dudas a lo que se espera de él.

 «No es lo que quieres lo que atraes; atraes lo que crees que es cierto» (Neville Goddard). Esa es otra ley. Como la del magnetismo y las limaduras. El imán cree que las limaduras vendrán a su llamado no porque quiere que vengan. Sabe que hay un orden para eso y deja que eso suceda. No conoce una opción de no existencia de esa situación. Es absolutamente poderoso en su posibilidad.

Te imaginas siendo un imán y yendo por tu vida viviendo como tal?. Qué estás atrayendo?. Qué crees que es “cierto” para ti?. Cuál es la jerarquía de tus prioridades?. Seguramente, no te alcanza el tiempo. Estás disfrutando a tu familia o amigos como dices que deseas?. Y qué hay de tu carrera profesional o laboral?. Tienes diversión, qué haces en tu tiempo libre?. Es libre tu tiempo libre?. Cuánto influyen en tus elecciones tu contexto, tus relaciones, el gobierno, tu lugar, el clima?. Cómo imaginas tu salud en un tiempo?. Qué estás sembrando, qué semillas estas regando?. Qué tan seguro estás por el precio que pagas?. Cuántos créditos estás consumiendo?. Cuántos debes ya?. Cuántos te debes?.

 Las cosas vienen hacia ti o andas saltando tras ellas?.

El dinero hace a la felicidad

 Lo afirmo, sin dudas.

Cuando no había dinero, la gente vivía igual. Comerciaba en trueque, negociando según sus intereses inmediatos. Así, una oveja podía valer una bolsa de harina, una vasija de vino podía pagar unos cuantos jarrones o una hija se entregaba por unos cuantos kilómetros cuadrados de tierra. Para qué fue creado el dinero?. Para mediar en esos intercambios y tratar de evitar los abusos. Y para un nuevo negocio, claro: la banca. Además, para que las referencias sean más generales que las necesidades puntuales.

El dinero es un puente y no un destino. Tenerlo o no significa que hay un sentido (o no) que motiva. “El día que tenga plata voy a…” es tan entusiasmante y movilizador como andar por la vida con una soga en la mano buscando qué amarrar. Todo lo que haces tiene un sentido, no haces nada porque sí. Lo que importa, luego, es el cocktail de sentidos incluidos en el acto. Cuán complejo es. Eso genera tus logros, de acuerdo a lo que creas que mereces solo porque estás en tu vida. Deseos, ambiciones, intereses, sueños, proyectos… todo eso tiene un sentido particular para ti. Sin comparaciones ni niveles. Nadie puede medirlos con una regla que no es la tuya. Lo que es importante para ti es lo más importante del mundo, de tu mundo. Ok or not ok?.

Ser rico no es tener más dinero sino, antes, más opciones. Ser abundante, próspero en posibilidades y recursos. Ser inteligente en la elección entre esas opciones. Tener dinero es una de las posibles consecuencias, luego. Tu conciencia es tu realidad. Lo que puedes comprender es la materia prima para tus decisiones. Carlos Fuentes, el escritor mexicano, dijo que “la felicidad no existe; lo que existe es su búsqueda, y en esa búsqueda cada vez eres un poco más feliz”. Firmo con las dos manos. Ser rico no es un fin sino un modo de vivir, una elección.

Por eso el dinero hace la felicidad. El gran regalo a tu vida es en quién te conviertes mientras construyes tus metas. Consigues más si no te enfocas en hacer dinero sino en disfrutar el camino mientras sirves a las personas con tu oferta profesional, laboral o, simplemente, personal. 

El secreto para conseguir dinero es no buscarlo.

Me gusta decir que tu prosperidad financiera es un efecto de tus creencias sobre el dinero y el homo economicus. He recirculado hace tiempo un video del expresidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, en el que sostiene que las cosas que compras no las pagas con dinero sino con el tiempo de tu vida que aplicaste a conseguir ese dinero. Qué estás privilegiando cuando decides invertir el producto de tantos recursos propios y ajenos?. Allí están tus sentidos.
https://www.youtube.com/watch?v=qHMguw8IYaQ (1 minuto y medio, nomás..).

El dinero, tu dinero, mucho o poco, es un emergente de tu relación con tus sentidos de vida. Cuánto te importas?. Cuánto te deseas?. Por ser humano, lo que hagas por ti lo ves reflejado en tu entorno, en tus pares. Accedes a una sintonía con tus semejantes. Calibras allí, te acompasas con los que creen y sienten contigo. Como tú. Si no quieres más que “eso”, estás en el lugar correcto. Recibes en la medida de lo que das. O lo que te das, que es lo mismo.

  En esa línea, el dinero es un instrumento más. Aplica el párrafo anterior a tus amistades, salud o posesiones materiales. Da lo mismo. El valor de lo que (te) ofreces es lo que percibes (de vuelta) de tu entorno. Ya lo sabes. Solo te lo estoy recordando. Leelo tres veces y me lo confirmas.

“Un trabajo convencional consiste en una venta de tiempo bajo contrato: 40 horas semanales a cambio de un salario. Y, prefiero decirlo cuanto antes, vendiendo tiempo es imposible conseguir libertad financiera”, Raimon Samsó (El Código del dinero, Ed. Obelisco, 2009). Aceptas (crees) el valor que le da a tu tiempo otra persona. Si crees que vales más, buscas a quien considere lo mismo y acepte pagar ese mayor precio por el tiempo de tu dedicación. En ambos casos, estás accediendo a un nivel satisfactorio para tus creencias. Qué pasa cuando te quejas de lo que estás recibiendo?. Dices que estás “para más” pero sigues allí. A quién le estás creyendo?. Qué estás creando?.

Una nueva perspectiva 

Este artículo, como los anteriores y posteriores, es mi oferta. Un inspirador. Un provocador a más. Para descubrir-te en el proceso. Para que te reconozcas en la búsqueda. Para que te sorprendas con tu valor y cómo crece a diario. Y con lo que empiezas a ver a medida que estás a más altura. En estos tiempos de drones, no te quedas inmóvil, “colgado”, cuando alguno de ellos te trae sus imágenes?. Esa misma sensación es la que vas a vivir cuando despegues de la llanura cotidiana.

Volviendo a la cultura dronizada, te propongo sobrevolar desde algunas ideas:

•    Quién está adelante en la fila de tus acreedores cuando recibes tus ingresos?. Es justo ese orden?.
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•    Para qué trabajas?. No te quedes con las primeras 5 respuestas… Insiste…
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•    Qué harías hoy si te regalaran un millón de dólares?. Qué harías mañana?. Escríbelo y lo lees tres veces. O diez.
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•    Después de escribir esa lista, qué sientes si te digo que te van a retirar el millón de dólares luego de comprobar que se han equivocado con el destinatario?.
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Escríbeme alguna (o todas) tus respuestas a mis preguntas. Si tienes tiempo, claro. Mi compromiso es hacerte una devolución dentro de las 24 horas de tu respuesta. Yo tengo tiempo para que compartamos ideas y acciones sobre la felicidad que deseas y no te estás dando, y cómo hacer exitosas tus relaciones con el dinero y otros aspectos del mundo, tu mundo.

Oscar Virga Digiuni
Coach Profesional
Director ISFE