Foco, Foco, Foco

 

Peter Ferdinand Drucker es una institución empresaria, ya mucho más allá de su finita experiencia terrenal. Nos dejó muchas llaves para abrir distintos tipos de puertas en la gestión de organizaciones. Algunas son llaves maestras, eternas. En un tiempo convulsionado por la incertidumbre, en la transición de una etapa con matices críticos, propongo ir por las luces que bañan generosamente la parte de atrás de aquellas puertas. La que no estamos viendo. La realidad es lo que ves: un paso cerrado o una escena iluminada, para este caso.

 

Suele ocurrir que en momentos como estos se pongan en observación varios aspectos de la vida cotidiana. Las inquietudes que se plantean para la generación, distribución y posibilidades de acceso a los bienes y servicios que satisfacen las necesidades humanas causan estreses variados en todos los niveles. “Es la economía”, según le dijeron alguna vez a un estúpido (Clinton dixit). Es un fenómeno político, digo yo, entendiendo que la política es el lugar de encuentro de la conflictividad social y, también, el de su resolución.

 

Drucker

           Peter Ferdinand Drucker

 

Por tratarse de un emergente social, como sucede en un holograma, el Todo se ve en las partes y viceversa. Así, el pequeño mundo de una organización empresaria recibe las influencias del marco general. Las personas que la integran hacen su vida a diario en ella y, en ese hacer, la hacen y completan.

Juan Martín Maldacena es un científico argentino, graduado en las universidades de Buenos Aires y Princeton, que obtuvo en 2012 el Premio Yuri Milner, accediendo a una recompensa de 3 millones de dólares (casi el triple de lo que recibe un Premio Nobel) por liderar un equipo de investigadores que  presentaron la “Teoría de las cuerdas”. Si te interesan más detalles, ve por ellos. Mi interés para este espacio es traerte una referencia, validada internacionalmente en un nivel científico superior, que sostiene que el universo responde a los principios de un holograma. Muchos ya respaldan la idea que el ADN humano funciona como tal. Por ejemplo, en una infinitésima porción de tu ADN se registran (se miden) las mismas respuestas electromagnéticas a un estímulo externo que las que puedo observar (midiendo) en tu cerebro. Y como pasa contigo, pasa con nuestras agregaciones en colonias u organizaciones de personas. Lo que hacemos, hace al conjunto que pertenecemos.

 

Somos bastante inconscientes de los efectos de nuestro vivir inconsciente. Estar en medio del baile nos pierde perspectiva de su dimensión. O nos da perspectiva de una reducida dimensión. La que ves. Te concentras en un foco. Lo que ves allí pasa a ser, luego, proyectado en acciones, tu impronta al mundo que construyes. Una cuestión de miradas, simplemente. No es la economía… eres tú y tu política.

 

 

Preguntando ando

Qué haces cuando el mundo que estás construyendo no satisface tus expectativas?. Inconscientemente, buscas y encuentras culpas. Y luego?. Poco puedes hacer. Lo negativo no motiva, no moviliza ni genera nada positivo, de acuerdo a la escala de valores que reconoces con esos signos. Ni a ti ni a nadie. Otra vez, si te interesa, la Naturaleza tiene explicaciones para eso en sus diseños celulares y campos electromagnéticos asociados. Lo que entiendes como “positivo” ocurre cuando tus átomos vibran con ondas de frecuencias altas; lo contrario es, justamente, lo opuesto en el medio energético. Por eso andas “up” o “down”. Las emociones se puede medir, y con ello mueren las interpretaciones personales.

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Las preguntas son armas temibles para la inconsciencia. La sacuden y ponen contra la pared, para que deje de buscar fuera lo que está en tu propia casa. Para que acciones antes que reaccionar dando manotazos a la nada. Las preguntas abren las puertas a la consciencia, al estar presente, y a las fuentes de luz que ella trae sobre tus sombrías circunstancias. Le pasa a un simple hombre, al grupo que ese hombre integra, a la sociedad que ese grupo provee, al país que esa sociedad crea cada día… y al tiempo que vives.

 

Las preguntas te hacen dueño, responsable de tus decisiones y de sus consecuencias. Eso te hace cada vez un poco más libre: poder dar respuestas por el proceso completo. Nadie tiene más que ver con tus intereses y deseos, salvo cuando habilitas a que se metan en tu cocina. Y, entonces, hacen el trabajo en orden a los suyos y no a los tuyos. Es tu responsabilidad, aún cuando los culpes a ellos. Es tu política.

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Frances Hesselbein es una señora norteamericana que ya cuenta 99 navidades y que, además, puede contar con la distinción de haber sido admirada por Peter Drucker. Dijo de ella que era la mejor CEO de la historia. Hoy es directora honorífica del Leader Institute (ex Fundación Peter Drucker) y colaboró con el gurú en la gestación de algunos libros. Entre ellos, “Las 5 claves de Peter Drucker. El liderazgo que marca la diferencia” (2015).

 

Allí te invitan, ellos, y yo me sumo, a que recurras a ciertas preguntas todas las veces que lo necesites. O sea, todos los días o ante un escenario complejo y agobiante, por ejemplo, como éste. Cuál es la Misión de tu organización?. Cuáles son sus retos?. Qué oportunidades tienen?. Necesitan replantear su Misión?. Y agregan por allí: “tu Misión debe caber en una camiseta. Para que sea eficiente, debes conseguir que las oportunidades, las capacidades y el compromiso encajen perfectamente… Nunca subordines la Misión a los beneficios… La Misión es una guía de lo que hay que hacer y, sobre todo, de lo que no hay que hacer”.

 

 

Hay muchas respuestas para todas tus preguntas. Algunas son tuyas.

Quiénes son tus clientes principales y secundarios?. Cómo van a evolucionar ellos?. “El propósito de una compañía es crear un cliente… El único beneficio es un cliente” (Peter Drucker)…. Qué crees que valoran tus clientes?. Qué necesitas saber de ellos?. Cómo puedes saberlo?. Son los valores, desde la perspectiva del cliente, los que te tienen en pie.

 

Cómo defines tus resultados?. Tienes éxito?. Qué deberías fortalecer y abandonar?. Deberías cambiar la Misión?. Cuáles son tus objetivos?. Y cuál es el espíritu de tu organización?. Por qué quieres que se los recuerde?

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Es solo una cuestión de miradas activas, conscientes, despiertas. Entendiendo que son necesarias muy buenas condiciones ambientales de comunicación, aceptación de lo diverso o lo novedoso, comprensión de estados emocionales, reconocimiento de la virtud y aliento al aprendizaje sobre la experiencia continua.

 

Muchas preguntas te esperan cada día. Habla con ellas y encuentra tus respuestas, siendo atento a que hay un mundo exterior, ruidoso, con sugerentes opiniones de otros que haces tuyas, inconscientemente.

 

Peter Ferdinand Drucker nunca usaba la palabra foco. Para él, lo que representaba esa palabra iba más allá, era casi una plegaria a la consciencia en los actos humanos. Tal vez por eso, insistía en hacerla un impacto positivo al corazón. Quienes lo conocieron, lo escucharon decir muchas veces que el Management moderno se resumía en una sola ley: FOCO, FOCO, FOCO.

 

Cuál es tu FOCO?. Puedo ayudarte a encontrarlo?.

 

 

Oscar Virga Digiuni