El Talento y la ciencia de la efi

Kaizen es un vocablo japonés que significa algo así como “un cambio hacia lo mejor o lo bueno”. Es más conocido como el término que explica una filosofía de gestión que pone el acento en un proceso eficiente para obtener resultados efectivos. Originada en la posguerra, condujo a los hombres y mujeres de ese país a no desesperar por obtener logros en la reconstrucción de su país. Había que hacer mucho en todos los campos: personal, familiar, económico, político, estructural… Las presiones y la ansiedad podían llevar a estrellar las intenciones una y otra vez, y cargarlas en el inventario de la salud social.

Entonces, abrevando en su cultura milenaria, mostraron al mundo los beneficios de cuidar la calidad del proceso, los detalles y las formas, para proteger el fondo de lo que buscaban. Es su modelo de mejora continua en términos económico-productivos. Si se mejora el proceso, cada vez será mejor el resultado. Será una consecuencia natural. Es una de las miradas sobre la eficiencia en la gestión.

Fernando_Alonso_1609644i

Muchos años después, a principio de los ´90, de uno de los claustros del mítico Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) surgió una teoría concurrente en sus fines con Kaizen. Fue bautizada Teoría Lean, remitiendo a algo “magro”, sin grasas. Se refería a la búsqueda de eficiencia en los procesos productivos, postulando que había que aliviarlos de “la grasa” que los empastaba. Esto es, evitar todas aquellas acciones que no fueran críticas en el devenir planeado, las que fueron englobadas en el concepto de “desperdicios”. De otro modo, más técnico, se las identificó como las que agregan Costos sin generar más Valor.

 

Hay una diferencia metódica fundamental entre ambas filosofías. El sistema japonés, gradualista, es comprensivo, amigable, favorece que las personas se apropien de sus acciones por asignarle sentido y valor en el proceso. Hay una decisión responsable en cada acción operativa. Preservan la calidad del camino para llegar confortablemente a destino. El americano del norte, más mecanicista, inductor, persigue resultados en otro ritmo y promueve la competitividad brutal. El proceso puede ser imperfecto a cambio de obtener rápidos efectos. La gente se involucra obedeciendo, y ese es el sentido de cumplir con un procedimiento. La calidad es entendida por alguna acción de marketing, vinculada al producto final. Dependiendo de la conclusión alcanzada, habrá premios o castigos.

Cada sistema ha evidenciado resultados exitosos sobre su rival, puestos a competir mutuamente. Cada uno ha superado al otro en distintos momentos. Han sido modas, a su turno, pero en la competencia también han absorbido aprendizajes cruzados.

Ambos, por ejemplo, han coincidido en que la eficiencia es una medida de los recursos dispuestos (y utilizados?) en un proceso productivo para obtener un resultado determinado. También, más tarde, han comprendido que la eficiencia es un valor humano intrínseco con fuerte impacto en lo económico.

La Naturaleza es un modelo de eficiencia casi ideal (es tentador retirar el “casi”) y nosotros somos miembros de ese sistema perfecto. Qué trastorna al orden natural y sus mandatos?. Qué nos ha separado de la eficiencia original, básica?.

Benjamín Franklin dijo que “si el hombre pudiera alcanzar la mitad de sus deseos, duplicaría sus problemas”. Alguien, menos famoso, le contestó que “la simplicidad es el lubricante de los mecanismos más complejos”.

enrosque 2

Es el mismo hombre quien ha negado a su naturaleza y se complica en el uso de su insumo “eficiencia”. Una enseñanza hindú, transmitida por generaciones, ha sido convertida en algo así como la Teoría de las Aflicciones. Dice que el 80 % de las cosas que nos preocupan ya han pasado, un 10 % aún no ha ocurrido, otro 5 % escapa a cualquier control de nuestra parte y el 5 % restante sí puede ser gobernada por nosotros. Y remata: de qué te estás ocupando, además de preocuparte?.

La única forma que conocemos de ocuparnos es apelando a nuestros propios recursos. Intentar volver a involucrarnos en la matriz que nos dio sentido y reaprender sus comportamientos. Volver a nuestros Talentos esenciales, en fin.

 
El Talento es una posibilidad.

Existe en estado latente, dispuesto a fluir si las condiciones de entorno le facilitan el camino. Si no, prefiere guardarse para la próxima vez.  Es una de las señales de la Inteligencia humana. Cuando recibes estímulos externos a través de tus sentidos, se pone en marcha un complejo sistema que procesa el dato, lo tamiza en tu intuición y produce una respuesta, una acción. El Talento es quien talla la forma de la acción, utilizando tus Virtudes innatas y desarrolladas, y sostenido por tus Valores, que respaldan todo el proceso.

Por eso importan las condiciones del entorno. Es un proceso que alcanza sus máximos niveles en línea directa con tu expresión más natural, más libre. Cuando estás menos influido u ocupado por atender demandas extras, ajenas o artificiales, te entregas a tu mejor versión. La metacognición, o sea la capacidad de reflexionar sobre los procesos mentales del conocimiento, es lo que explica que aprendas sobre tu propia práctica. Así, tu Talento se va descubriendo a sí mismo en cada nueva experiencia.

 

Lo que haces, te hace.

Todo lo que concretes le da forma a tu obra. Puedes mermar en alguna práctica o habilidad momentáneamente, pero no la pierdes una vez alcanzada. Como dijo un famoso pianista: si dejas de tocar un día, sólo lo notas tú. Dos días, ya lo observa algún experto. Si dejas de tocar una semana, se da cuenta cualquiera.

paleta-de-colores21

El Talento necesita que haya muy buenas condiciones ambientales de comunicación, aceptación de lo diverso o lo novedoso, comprensión de estados emocionales, reconocimiento de la virtud y aliento al aprendizaje continuo. Fuera de este balance, espera la ineficiencia.

Desde esta perspectiva, un equipo humano es una confluencia de Talentos, una síntesis poderosa de las mejores versiones individuales. Como en un holograma, en cada uno puedes ver al equipo. Si no, sólo es un grupo de personas a las que se intenta hacer cumplir reglas y procedimientos que no tienen más que un valor de cambio rudimentario.

La eficiencia de un equipo es un emergente de su funcionalidad. Es necesario comprender y cuantificar el estado de integración de sus Competencias y Talentos puestos en común acción. Trabajar sobre los efectos de esa relación interna, apalancando en la motivación de todo acto humano: alcanzar el mayor beneficio en sus resultados.

Si no, a repasar la Teoría de las Aflicciones y volver en el próximo turno de exámenes.

 

Oscar Virga Digiuni