No hay resultado que buscar, claro. No existe ese resultado. Ellos mismos saben que hay final abierto en la disputa propuesta. Tan abierto que no merece llamarse debate. Lo saben, si. Y tú también puedes saberlo con solo buscar en el diccionario real académico el significado de “comparar: fijar la atención en dos o más objetos para descubrir sus relaciones o estimar sus diferencias o semejanza”. Sin echarle agua ya se ve clarito.
Una comparación es, entonces, cuando se relacionan dos objetos (jugadores de fútbol, en este caso) y se buscan diferencias o semejanzas considerando sus contextos, que es, precisamente, lo que los hace incomparables en todo. Cuando tu maestra te decía que no mezclaras peras con manzanas era por esto mismo. Por ello, lo rico de la comparación no es oponer sino destacar lo destacable para cada uno en cada caso.
Messi, Maradona, tú y yo, accionamos de acuerdo a la influencia recibida por el contexto en que nos criamos y movemos y en función de lo que pretendemos modificar de él, según lo que aceptemos (y no) de su estado y creamos y sintamos (y no) en nuestra capacidad de influir.
Qué Lío con el Diego…
Para mucha gente parece casi imposible de evitar tomar posición por uno o por otro. Pensar que Messi no tiene el liderazgo de Maradona y que el Diego no tuvo las facilidades de Messi en sus equipos. O, en el colmo, imaginar cómo hubieran sido las cosas si uno ocupara el lugar del otro…
Como ya hemos hablado bastante de los paraqués, vuelvo sobre eso. El paraqué explica el qué y el cómo.
Pasan cosas similares en otros campos, como el automovilismo, el tenis, la política, la danza moderna, los conciertos de piano, los tenores, las amas de casa, la escuela, la iglesia católica, el rock, las suegras, el tango, las vacaciones, los precios, los hijos, los perros callejeros, los autos, la publicidad, el clima, las guerras, los aviones y la vida.
Crees que a Messi le importa tu opinión?. Y a Maradona?. Yo creo que sí, porque no pueden negarlo. Pero en el día a día, en sus entrenamientos y en su carrera, no les mueve un pelito ser “mejor que el otro”. Sí les mueve (todos sus pelos) ser mejores cada día respecto de su piso actual. Enriquecer su capacidad, desarrollar sus habilidades, extender sus destrezas, perfeccionar sus virtudes, aceptar y tratar de disimular sus defectos, ajustar su consciencia respecto del contexto y, en síntesis, madurar su resultado, acercarlo al equilibrio eficaz en el registro del tiempo presente.
No hay más que eso para explicar quién estás siendo y cómo impacta tu producto. Pierdes tiempo y energías buscando saberte mejor o peor que… porque así te han criado y así se aseguran que te re-crían todos los días. Y los recibes con los brazos abiertos.
El camino del éxito
Cada quien tiene su contexto y a él se refieren sus actos. No es necesario que te compares con otro para saber si estás en buen camino. Tu buen camino, el de tus éxitos, es el que está en el mapa de tu intuición, donde habla tu silencio interior y no el ruido exigente que llega desde tus padres, hermanos, pareja, hijos, amigos, compañeros de trabajo o de deporte. Nadie sabe más que tú respecto de cómo y por qué estás respondiendo a lo que tú esperas de ti mismo y tus actos. Y no interesa otra cosa, aún con buenas intenciones, porque lo que haya que hacer para mejorar tu resultado sólo tú decides hacerlo. Te emociona hacerlo, en el sentido más amplio y simple de la palabra. Te moviliza y te mueves. Si no es así, ni tú ni otro (menos que tú) podrán ayudarte a ningún logro.
Messi sabe lo que valen su juego y sus resultados. Si quiere más que eso o no. Por qué puede y por qué no?. Su derecho a lograr un nivel superior no escucha mis/tus ilusiones, deseos y opiniones. Su rendimiento deslumbrante es fruto de su síntesis total. Y las bajas, también. No es Maradona. Es Messi. Un ser humano que a veces no lo parece. Como tampoco lo parecemos tú y yo cuando lo hacemos un dios pagano.
Es un hombre que se ha dejado ayudar para potenciar sus virtudes. Sin ocuparse de querer ser otro. Ni más ni menos. Sólo Messi. Ese trabajo le lleva la vida que vemos y la que no vemos. Como a tú y a mí, que nos anestesiamos mirando a los opinadores y nos olvidamos de hacer cada día la mejor-propia-vida que sepamos crear.
Allá los periodistas con su trabajo. Allá quienes quieran enredarse en discusiones sobre quién es mejor que quién. Allá Lío y el Diego. Acá, yo. Yo, que me ocupo de lo que existe y es mi materia prima: mi carne, mi espíritu, mis visiones, mis proyectos, mis emociones, mis acciones. Celebro a Messi y a Maradona. A Ayrton Senna y a Fangio, a Gardel, a Shakira, a unos cuantos de mis alumnos y clientes y a todos los que quieren ser mejores que ayer, según el criterio que les regale su almohada.
Qué te dijo anoche la tuya?.
Coach Profesional
Director ISFE