Una posibilidad se abre camino de concreción a partir de considerarla como tal. Creer para ver y no al revés. La admisión de esa posibilidad genera un estado anímico de inquietud, explorativo, creativo, abierto a un nuevo estado de cosas. Y esa emoción pre-dispone a la acción. Desafía, excita y, finalmente, moviliza.
Un sueño es una imagen proyectada exquisitamente, perfectamente, desde su sistema de creencias. Esa pertenencia le da respaldo en su consciencia y moviliza las primeras energías hacia su concreción. Aquí se engancha su deseo: si lo cree es porque ha alimentado la posibilidad. Tiene confianza en sus recursos (propios y a su servicio) para llevarlo a cabo. Lo desea porque, antes, lo has sentido desde su Yo o su Nos. Lo desea porque es suyo, en toda su dimensión. Está en su ahora, lo está viviendo, no es una ilusión. Cuando percibe el deseo incorporado, comienza el plan.
Esperar es un estadio mental. Ud. está aquí y su mente está allá. En el medio hay una disputa que se llama estrés. Pero hay algo más. Hay una negación del presente, con todo lo que él lleva puesto. Esto es mucho, muchísimo más que lo que posee. No le gusta su casa, su auto, su ingreso financiero, su gato, su suegra, que no se ha ido de vacaciones, que no puede descansar más que el domingo y que ni eso, que ya van tantos años así… no le conforma ir a misa y escuchar al sacerdote hablar de espiritualidad, no ve oportunidades, se le pasan los años y ya no tiene la silueta ni la gracia para seducir a los hombre que le gustan… sus hijos no le atienden como esperaba que lo hicieran según cuánto les dedicó, sospecha de todo y de todos…
Todo eso se resuelve con el arma mayor que Ud. dispone: su Ahora. Todo lo que tiene para hacer está a su disposición ya mismo. Cómo?. Deseando lo que quiere que pase. Y haciéndolo, por supuesto. Es en el presente en que pone en marcha las acciones en procura de resolver sus dis-gustos o in-comodidades o dis-conformismos o escaseces. En cualquier caso es una decisión suya. No depende de otros. Si la torta no alcanza para todos, puede conformarse con una porción menor o agrandar la torta. No hay más interpretaciones ni terceros influyentes.
Es una propuesta dirigida a personas, individuales y en sus diversos estados de agregación social.
Buscamos facilitar sus elecciones respecto de la orientación de sus proyectos, de cualquier tipo y aplicación, trabajando su enfoque en las propias virtudes y emociones y lo que ellas movilicen. Proponemos un ejercicio para el reconocimiento personal de visión y misión, asumiendo que la gestión de la decisión (en todo momento) es un diálogo íntimo y responsable, diferenciado de una evaluación o asistencia externa, como ocurre con el tratamiento clásico de la consultoría o la orientación vocacional.
Aplica, por ejemplo, a estudiantes de los últimos años de escuelas y colegios secundarios, secundarios de adultos, terciarios o, más ampliamente, facultades o institutos de formación profesional. También está pensado para que lo dispongan oficinas de empleo, asociaciones empresarias o público general convocado por clubes, municipios u organizaciones sociales. Y empresas, organizaciones, equipos deportivos, organizaciones voluntarias….. en fin, todos quienes decidan ser dueños y responsables de su “presente” cuando sea “futuro”.
Trabajamos con prácticas de COACHING, preguntando, no induciendo, acompañando en la búsqueda de las respuestas que cada uno tiene para sus propias inquietudes. De esa manera, ayudamos a construir conductas más naturales, libres, equilibradas, saludables para el individuo y su entorno, movilizadoras por sí mismas.
Por ese motivo, en el desarrollo de contenidos se pueden observar los dos campos de trabajo: quién eres y para qué estás en el mundo?.