La vida, en este Universo que nos ha tocado integrar, está basada en el átomo y no en la inconmensurable Vía Láctea que nos contiene. Todo lo que pasa con la vida sigue ese patrón relacional: se origina en el elemento básico del conjunto que se trate. Los resultados visibles, posteriores, son agregados de lo que ha sucedido en ese núcleo inicial. Los consumidores cambian decisiones empresarias cuando muchos de ellos, uno a uno, deciden lo mismo. El muro de Berlín no se cayó por viejo. Una hormiga no voltea una pared. Una gota de agua no puede nada contra una roca. Ud. no puede contra el mundo. Tal vez, pueda algo si empieza a intentarlo en el mundo. En el suyo.
Compartimos con Rafael Echeverría que las empresas son redes dinámicas de conversaciones. Cualquier empresa. Ya sea con fines lucrativos, sociales, un proyecto personal o el simple y básico ámbito familiar. Lo que se haga para mejorar la eficiencia de una organización necesita revisar cómo están las relaciones internas. Cómo están y cómo se quiere que estén. Desandando ese camino se descubre cómo están las conversaciones íntimas, las que cada uno tiene consigo mismo. Ese es el átomo de la organización. Allí están el origen del movimiento y las causas de los resultados. El átomo es la base del mundo. Ud. es la base de su mundo.
Cómo imagina a su propia organización?. Será lo que piense y sienta. Es eso. Necesita aprender algo más para mejorarla?. Está aplicando todo lo que ya sabe?. Qué falta?. Cuán consciente es de todo esto?. Le importa?. Le interesa?. Cuánto está alineado con ella?. Qué necesita que pase?. Qué va a hacer?.