Miguel Ángel Buonarotti lo dijo muy sencillamente: “la estatua está dentro del bloque de yeso; sólo hay que ir sacando el material sobrante para llegar hasta ella”.
Eso que buscan la maza y los cinceles de un artista es la forma final de su visión, definida con la simple grandeza del genio italiano. Para generarla, pone en juego lo que vayan dictando su sensibilidad y su talento, apoyadas en lo que ha aprendido, lo que ha experimentado, las competencias desarrolladas, su inteligencia emotiva y su equilibrio espiritual.
Lo que es necesario, es posible.
Todos tus proyectos arrancan en una idea. Lo que llevará esa idea a obra será su componente emocional. Cuanto más sientas esa idea en tu cuerpo y vivas como si estuvieras “dentro de ella”, estarás creando lo que ha imaginado tu visión. Por el contrario, si la idea da vueltas por tu cabeza, va y viene, discutes con ella y más la cargas que disfrutas, estás en el mar de la ilusión. Lo que existe allí no existe aquí.
No estás todo el tiempo inspirado porque no hay tantas cosas que te inspiren. Sólo pasa con lo que es necesario que pase. Porque lo crees así. Que te pase, cuando sea que tiene que ser. No sabemos, en general, cuántas cosas influyen, cuántos astros tienen que alinearse ni cuánto ayudamos (y no), conscientes de eso, para que se concreten nuestros proyectos. Pero tampoco importa demasiado.